miércoles, 9 de abril de 2014

Humanidad es... la televisión.

Por DaCinemaCritic.

Comentario sobre Network.
Recientemente vi Network, la película del 76, dirigida por Sydney Lumet; y me impactó fuertemente; al grado de pensar en algunos momentos que, ciertamente, era la mejor película que había visto hasta ese momento. Ya me ha pasado antes, luego de un momento me calmo y me doy cuenta de los fallos; me pasó con American Beauty y Brazil, de Sam Mendes y Terry Gilliam, respectivamente, que siguen siendo parte de la lista de mis películas favoritas, pero no superan a mi favorita de todos los tiempos, Pulp fiction, que será abordada a su debido tiempo.
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Pero lo más importante de ésa película en particular es lo que me dejó asimilando. Soy un producto de la televisión, fui criado por ella, y las frases que uso - que usamos, yo y mis amigos - todas provienen de la televisión; sustituyó a la sabiduría popular, y la intelectualidad ambidextra que creemos tener, proviene de la idiosincrasia que la televisión nos dio. Uno no sabe cuánto lo influencian las cosas que ve de niño hasta que se lo echan en cara. La primera vez que me di cuenta de ésto fue hace algún tiempo, hurgando en mis cosas viejas. Según yo, mi actitud libre pensadora izquierdista conservadora defensora de la identidad nacional globalizadora, era mía y sólo mía. Y me encontré un libro de Kafka y otro de Jean de La Fontaine, y BAM! Tómala! Bien lo dijo Maynard Keynes ... los que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son esclavos de algún economista muerto. Y es cierto, parte de mis creencias también están basadas en la corriente Keynesiana de economía.

Divago. Pero saben a lo que me refiero; somos sólo el producto de las ideas que fluyen a nuestro alrededor, y de ahí provienen nuevas ideas; de ahí viene el conocimiento colectivo: de eso depende nuestra supervivencia, de tener un lenguaje organizado con el nivel de complejidad que tiene; idea que está basada en un reportaje de periódico que vi. Network. Uno de los mejores guiones que he visto; en particular, su carácter profético. Idea que también es de Roger Ebert. Pero no me identifico con Howard Beale, el profeta, ni con Max, el hombre cuerdo en un mundo loco.

Yo soy... no, TODOS somos Diana. Somos la televisión hecha carne- si podemos darnos el lujo de seguir diciendo que somos carne. Y cosas que las personas normales, decentes, hacen, nosotros damos con el suelo si tropezamos con semejantes sensiblerías. Muchas veces hablando con mis amigos, hemos dicho que la vida es una serie de TV, nos referimos a la fuerza superior como "El escritor", y sólo seguimos su trama, como los actores de la serie. Incluso tenemos nombres para la misma...

No está tan mal, however. Al ser la televisión somos menos homogéneos; es más sencillo identificarte y tener como modelos a las personas de la televisión, que son perfectos e infalibles que a la gente real, deleznable y deplorable, pecadores y demás, y causa menos contradicciones a los valores que la misma nos enseña. Incluso con la violencia estilizada, se intenta enseñar algo positivo, el arrepentimiento, las consecuencias, yo qué sé, y después de nosotros, será la generación que crearemos, que se criará con las redes sociales, la realidad aumentada y la realidad virtual; entonces será un problema, todos homogéneos, sometidos a los mismos chistes, al mismo conocimiento, al mismo molde; expuestos a toda la gente real; a la gente fea.

Pero nuestros padres decían lo mismo de nosotros; la televisión arruinaría nuestros cerebros.

Network. Una gran película; recomendada para todos.

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