domingo, 6 de julio de 2014

Another brick in the Wall

Por DaCinemaCritic

Cada cierto tiempo, el mundo nos provee a nosotros los mortales de genios,  y, sean o no comprendidos, siempre disfrutamos de sus trabajos, en la ciencia, la tecnología y en el arte, cualquiera que sea su rama. Los genios nunca pasan desapercibidos, y cada que realizan algo, la noticia retumba en los confines del planta, incluso si son un público muy específico. Y todo el mundo está de acuerdo con eso.

Sin embargo, más allá de los genios, que son contados, está el trabajo del resto. No resuena en todos lados, pero lo disfrutamos igual, o incluso más. Muchas veces son trabajos mejores, con una mayor estructura y sentimiento, y aunque quizá no dan un resultado tan espectacular, el esfuerzo (que es mucho) vale la pena.

Pero el concepto de genio se va perdiendo con el tiempo, y aunque antes se requería de un pensamiento o una idea original y única, ahora un genio puede ser cualquiera que tenga una buena idea. Y me parece mejor así; personas que quizá tuvieron que esforzarse mucho más que otras, tienen obras que todos disfrutamos, y cuyo calor, el cariño y el cuidado con el que se realizó el trabajo, se nota.

Por ejemplo, el señor George R. R. Martin. Sus trabajos son, por mucho, los más importantes de la literatura fantástica moderna, y la traducción de su Magnum Opus, Game of Thrones, para la televisión, es disfrutada por casi todos, una verdadera joya de la televisión y la ficción en general. No obstante, hemos de admitir que no es un genio.

Grandes fragmentos y puntos importantes de sus libros están tomados de la historia real, como la Guerra de las Rosas, la civilización de Bizancio, y la cultura medieval; el trabajo de Song of Ice and Fire refleja poca creatividad... pero es magnífico. La fusión de todos estos elementos es muy orgánica y natural, y el verdadero núcleo del trabajo, los horrores de la guerra, se mantiene mejor que la mayoría de las películas bélicas de hoy en día.

Otra es la sobreestimación de los individuos. Mi ejemplo favorito de ésto es el escritor Haruki Murakami. Murakami es un escritor medianamente decente, pero admitámoslo, sus libros no son tan especiales. En realidad son más o menos malos. Son como un animé, pero con elementos Occidentales, y ya. Organizaciones de asesinos, personas solitarias, gente loca... pshé. Y luego le adjudican surrealismo a simplemente ser ridículo.

Y es culpa de estos individuos por los que se subestima a otros. Por ejemplo, Phil Lord y Christopher Miller. Sus dos películas animadas son de lo mejor, cumplen su propósito de películas para niños (cosa que las películas que no son de PIXAR difícilmente pueden hacer), y son disfrutables por todas las edades. Hablo por supuesto de Cloudy with a Chance of Meatballs y The LEGO Movie.

Creo que alguna vez se mencionó algo contra la idea de la película de LEGO, por que la marca en general atentaba contra la creatividad... pero la película es otro asunto, por completo, disculpas si alguna vez una idea como esta fue dada. Dirigida por ellos dos, la película expresa una genialidad total, probablemente la mejor película del año, y una de las mejores películas animadas de los tiempos.

Y pensándolo bien, es de lo que trata esa película, de todo esto que hablo. Nuestro protagonista es considerado un genio, subestimado por todos... pero al final demuestra ser el más grande de todos ellos. Sólo debes de creer. Aunque más bien, consiste en no limitar tu creatividad, por que, al final, todos eran masterbuilders, creyendo o no, simplemente liberando su mente.

Por que es eso en lo que consiste ser un genio. O no. Pero ciertamente dará resultado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario