jueves, 6 de marzo de 2014

Humanidades y el orgullo del mediocre.

There is a light and it never goes out
There is a light and it never goes out
There is a light and it never goes out
There is a light and it never goes out.

Suelen decir que vivimos una situación difícil. Y argumentan que la competencia aumenta, que los jóvenes ahora son más hábiles y trabajan en equipo y mil maravillas de los nuevos estudiantes. Pero yo me lo tomo muy bien. Es bastante sencillo en realidad. Yo sé que siempre habrá esperanza. Yo mismo soy un joven, aunque con vivo con estos nuevos productos de la hipérbole estudiantil, más joven que yo.

Y puedo asegurarles a ustedes, mis amigos trabajadores, que viven del sudor de su frente, chapados a la antigua, que no hay razón para preocuparse, pues estos compañeros míos viven en lo que a mi me gusta llamar "la cultura de la mediocridad". Pero cuidado. Esto va más allá de ser mediocre y nada más.

Hace poco estudiaba para mi examen de Medicina Molecular Cuántica Malvada (estudio para genio malvado profesional), y a mi lado una jovencita hacía lo mismo con su manual de Bioquímica. Y entre tanto y tanto, ella, yo, los extras... todos participábamos en jocosos chistes situacionales, y otros similares.

Fue en uno de esos momentos de jolgorio y singular alegría que llegó un joven.

INTER: A la gente algo más joven, que ha entregado su vida al mundo y que no tiene vocación ni propósito o futuro, la colocamos en la llamada "Generación perdida", un limbo terrible de horror y mediocridad. Pero ya llegaremos a eso.

Este joven, junto con esta señorita, pertenecen a la Generación perdida. Y entonces, alejándose del grupo principal, entablaron conversación. Por supuesto, yo necesitaba odiarlo. No sé por qué, sólo quería odiarlo. Quizá por que es más joven que yo, no lo sé. Pero quería tener una razón para odiarlo, por que ya lo odiaba en realidad.

La conversación tuvo muchos giros, hasta que llegaron a hablar de la Gestión de la Calidad. Por supuesto, un genio malvado necesita mantener su nefasto imperio con dinero, y se nos enseña cómo ganarlo de la mejor manera, con modelos de calidad y mejoramiento continuo de productos varios.

A lo que vamos es que les pidieron un mapa de un proceso que ellos inventaran para obtener un producto; era algo muy sencillo.

- Oh sí, que hiciste?
- Copié el proceso de producción de CacaCola
- Ah! No podías copiarlo, tenías que inventarlo tú!
- Pero ya lo hice. Es más, le dejé el logo de CacaCola al final

Cuando escuché ese derroche de ingenio, volteé con el desprecio en mi rostro, pero lo único que vi fue orgullo. Orgullo en su rostro. Orgullo de haber hecho algo estúpido y chambón, orgullo de ser maleta, el orgullo del mediocre.

Y a pesar de que no es primer ejemplo que veo de esto, me pareció el más apropiado. Y un tiempo creí que este orgullo se limitaba a la generación perdida; pero también está en la gente que me rodea.

Gente henchida de orgullo por que no sabe cocinar, e incluso mencionan riendo que se les quema el agua. O que no saben voltear una tortilla. Y es que no sé que pasa, con que asocian un espíritu irresponsable como alguien divertido. Y sé que estoy sonando como un aguafiestas, o como un ñoño, pero es que no soporto que la gente se sienta genial por hacer idioteces, o por hacerse los que no les importa. Pero quién soy yo para juzgarlos.

Así que ustedes que piensan que se quedarán sin trabajo por que las nuevas generaciones, más preparadas y globalizadas... be at ease, tranquilizaos, puede que estén más preparados... pero eso no les quita lo inepto.

Take me anywhere, I don't care, I don't care, I don't care
and in the darkened underpass
I thought oh god, my chance has come at last
But then a strange fear gripped me and I just couldn't ask

The D. to the O. to the triple G.

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