Homero Simpson, Homero en el espacio profundo, 1994
Es todo culpa de Valentín Elizalde, ¿qué no se dan cuenta? Es tan horrible y desagradable.
Si pudiera cambiar en un poco su historia, decidiría que no lo mataran; si no lo hubieran matado afuera del palencucho en el que se presentaba, nunca se hubiera vuelto popular, y la maldición de la banda grupera nunca hubiera cubierto con su manto hediondo con olor a manteca rancia el país.
¡Ay de los que creen que el incremento de los narcohabientes y narcoproletarios se debe a la falta de educación! Pues no es cierto. Se debe a la glorificación del delincuente.
Después de la Revolución nadie estaba educado, pero el pillaje y el saqueo se limitaba al soldaderío desempleado, inconforme y chamaqueado por un gobierno que les prometió mucho y les dio puro dedo.
Pero aquí, los que se vuelven narcos tienen su educación primaria y secundaria; pero les embuten las orejas con su Komander y sus estupideces del movimiento alterado, y pues les dicen que siendo narcos van a ser mamalones.
En esa entonces, por aquí sonaba muy fuerte el electropop, música de gran calidad y de alto nivel artístico. Se muere el susodicho, y resulta que a todos les gusta la banda y la norteña.
¿Quién de ellos ha oído una redova? ¿Quién oye en las fiestas a Tanguma? ¡No saben nada de nada de norteñas!
¿Y todavía se las dan de cultos y elegantes, al presumir sus sombreros de 2000 pesos, sus botas de piel y sus camisas de ranchero?
Lo peor es que creen que tienen clase. Y que se ven bien. Pues no es cierto. Se ven como tontos. ¿quién se viste así en una metrópoli? Las botas son para evitar las serpientes, los sombreros para evitar el sol.
Por qué olvidamos el electropop? Sólo lo llegas a escuchar en los antros fresas... Ahora se oye puro banda y reggaetón.
Que mugrero. Ya me voy, yo así no juego.
Por DailyWeed
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